Soy el profe de Educación Física.
¡Yo soy el maestro de Educación Física!
Sí, ¡yo soy el de Educación Física! Formo parte de un cuerpo especial, de un grupo de docentes privilegiados, de una banda de ilusionados, de los que se conectan con sus alumnos, de los que valoran la educación en toda su globalidad, de los que tratan de mejorar día a día, de los que se sienten solos en los claustros, de los que las familias no solicitan su acción tutorial, de los que pasan frío y calor por esos patios, de los que todavía les queda mucho por aprender, de los olvidados por la administración...
Sí, ¡yo soy el de Educación Física! Formo parte de un cuerpo especial, de un grupo de docentes privilegiados, de una banda de ilusionados, de los que se conectan con sus alumnos, de los que valoran la educación en toda su globalidad, de los que tratan de mejorar día a día, de los que se sienten solos en los claustros, de los que las familias no solicitan su acción tutorial, de los que pasan frío y calor por esos patios, de los que todavía les queda mucho por aprender, de los olvidados por la administración...
Si, soy el de Educación Física. Cuando los cimientos de la
escuela se tambalean porque sus enseñanzas han dejado de interesar a nuestros
alumnos, la Educación Física se muestra como uno de los pilares que aún la
sostienen. Los niños vienen a la Escuela felices cuando ese día tienen
"Educacion Fisica".
Llegan con ilusión y motivación. ¿Qué se le ocurrirá al
maestro? ¿Maestro que vamos hacer hoy? Esas preguntas nos llenan de
satisfacción y aumentan nuestra maltrecha autoestima. Es entonces cuando nos
colgamos la placa en el pecho, como si de un Sheriff se tratara. ¡Somos los de
Educación Física!
Con nuestros alumnos nos sentimos importantes porque ellos
nos valoran. Cabalgamos de clase en clase como un "Llanero solitario",
porque somos los de Educación Física.
Nuestros alumnos están ávidos de tomar su clase de Educación
Física, recogen rápidamente los libros y sus enseres en cuanto abrimos la
puerta del aula, esas caras aburridas se transforman, los ojos le brillan,
echan chispas, en sus rostros, se empiezan a dibujar sonrisas, están
impacientes, se mueven de las sillas, se nota un cierto nerviosismo por salir
al patio de la escuela cuanto antes, gritan: ¡ha llegado el maestro de
Educación Física.!
Somos especiales porque nuestra asignatura es especial,
aprovechemos su motivación intrínseca. No dejemos escapar esa gran oportunidad
educativa. Apriétate el cinturón, colócate bien la placa, ajústate el sombrero
y vamos a jugar, vamos a crear situaciones de aprendizaje en donde los niños se
sientan a gusto, seguros, ilusionados, con ganas de moverse...
Aprovechemos la motricidad para educar, formemos personas
competentes, trabajemos sus emociones y sus relaciones sociales, hagamos de
ellos personas más autónomas y autosuficientes, mejoremos su autoestima,
fomentemos su creatividad, desarrollemos su capacidad de esfuerzo...
Se dice que nuestras labores fácil se suplen;
las suple un maestro que "de todo sabe y de nada entiende". Sin
embargo, en nuestras ausencias los patios lucen tristes, apagados y faltos de
vida. ¡Nada es igual en nuestra ausencia! ¡Somos los de Educación Física! y no
olvidamos nuestras raíces como verdaderos docentes, arduamente formados en las
aulas universitarias y normalistas, prestos a la lid en el campo de la faena
magisterial. ¡Somos los de Educación Física! ¡Soy el de Educación Física!Tomado de
https://mvillard.files.wordpress.com/2007/02/orgullodeef.pdf